Editorial Escuela de Cine de Chile, Julio 2010

Banner editorial_chica_finalEn un comienzo nadie sabía hacer un filme.

El cine nace como una diversión popular y un ejercicio de experimentación de artistas de vanguardia. Ambas motivaciones se dan juntas, aparentemente antagónicas y sin embargo hermanadas en su joven naturaleza técnica y su afán por diferenciarse de las antiguas formas artísticas.

Con el tiempo se olvidaron aquellos tiempos de ignorancia, búsquedas artísticas e ingenio circense. La gran industria llevo al lenguaje cinematográfico a sus cumbres comunicativas y en ocasiones artísticas, a su vez la academia universitaria, quiso atraer a sus aulas el nuevo medio que impulsaba la construcción de los imaginarios colectivos del siglo XX.

Luego, emergió un conocimiento fílmico y se olvido la ignorancia inicial.

En la actualidad la nueva tecnología vuelve a despertar nuestras dudas. El conocimiento cierto se pone en entredicho, la industria desesperada en sus propias crisis busca eventos hipertrofiados para solucionar el abandono de las salas de cine. La academiaREAD MORE

Editorial de la Escuela de Cine de Chile, Marzo 2010

SOMOS LOS MISMOS, PERO SOMOS OTROS

El deambular del nómade se diseña en torno a ejes centrales desde los cuales dibuja su cartografía. Los cineastas nómades de nuestra comunidad, si bien no transitan por los grandes caminos conforman huellas y sendas que los vinculan a las generaciones anteriores o simplemente conforman atajos que les permiten literalmente brincar desde un punto a otro sin necesidad de transitar por la totalidad de la historia cinematográfica. Sólo rastrean aquello que les interesa, lo posible al interior de un equipaje liviano.

Los nuevos dispositivos de grabación, copia y reproducción se transforman en las herramientas adecuadas para satisfacer la necesidad de actualidad. La generación de la identidad latinoamericana es desplazada por aquella del canibalismo mestizo, ya no se busca la quietud, seguro de lo reconocible sino las ambivalentes posibilidades de lo inestable, lo inseguro y lo imperfecto. La revolución es desplazada por el pequeño motín, la seguridad del modelo industrial por la titubeante estrategia de la microproducción. No hay miedo al negocio o al arte del cine sólo hay cambio de reglas.

La imperfección se presenta como una opción a las maneras preconcebidas del cine institucionalizado. No se trata de trabajar con torpeza o evitar el refinamiento sino más bien de desaprender el exceso de cortesía del relato.READ MORE